Aunque en los últimos tiempos se han multiplicado las medidas de vigilancia en Alemania, el país sigue siendo una de las mejores democracias liberales del mundo. La privacidad de los ciudadanos es muy importante para la clase política de Berlín. Los políticos saben muy bien lo importante que es la protección de la intimidad. En consecuencia, los representantes políticos también prestan atención a esta protección. Las disposiciones sobre protección de datos intentan adaptar esta normativa legal a la era digital. No siempre se ha encontrado la mejor solución posible. No cabe duda de que algunas de las normativas actuales siguen siendo demasiado burocráticas o muestran una comprensión demasiado escasa de la protección de la privacidad en las condiciones del intercambio permanente de datos a través de una amplia variedad de dispositivos técnicos finales.
Al fin y al cabo, hoy en día todos los usuarios están conectados directamente a internet a través de su smartphone. En principio, sin embargo, la protección de la intimidad en Alemania está claramente establecida en la Ley Fundamental. La democracia liberal se desmarca de la seguridad última de un Estado de vigilancia autoritario. Esta es una ventaja importante para Alemania, especialmente en la era digital. Debemos estar orgullosos de esta ventaja y no debemos desaprovecharla políticamente. Muchas asociaciones y activistas de Internet en Alemania trabajan para garantizar que se preserven estas cualidades especiales de la democracia liberal. Para que las personas se sientan cómodas en un Estado, también deben tener una esfera privada a la que el Estado no tenga acceso. El hecho de que el Estado alemán haya comprendido este principio y siga sus principios básicos no es una debilidad, sino una fortaleza. Esta cualidad especial debe subrayarse una y otra vez. Esta cualidad también debe reforzarse y aplicarse en otros países.
Un internet libre y seguro, pero también la protección de la propia intimidad, son piedras angulares importantes para una vida segura en la era digital. Esto también significa que cada usuario debe tener derecho a acceder a sus propios datos y no debe ser vigilado sin una buena razón. Aunque en Alemania siempre se debate sobre el equilibrio entre libertad y seguridad, este principio se mantiene. Y es bueno que se mantenga. Mientras las fantasías de vigilancia más descabelladas circulan en los debates políticos de otros países, no es posible aplicarlas de forma similar en Alemania. Se encontraría con la oposición de la sociedad civil con demasiada rapidez. Incluso hoy en día, la posibilidad de que el Estado retenga datos va demasiado lejos para muchos alemanes, al igual que muchas otras medidas de seguridad del Estado.
El hecho de que los alemanes muestren un escepticismo tan grande hacia su propio Estado es prueba de una conciencia política especial. Este escepticismo es una expresión de la conciencia política como ciudadanos de una democracia liberal. La preservación de esta esfera liberal y la protección de la intimidad y los datos privados es importante para casi todos los ciudadanos de Alemania. La gente es muy consciente de ello. Los alemanes son mucho más conscientes políticamente de sus derechos que en muchos otros países. Muchos defienden activamente estos derechos y participan en el debate.