Made in Germany sigue siendo hoy una garantía de calidad.
La denominación de origen "Made in Germany" se introdujo a finales del siglo XIX para devaluar los productos. Alemania ya exportaba mucho en aquella época. En 1877, el Parlamento británico aprobó una normativa que obligaba a etiquetar el origen de los productos. El etiquetado "Made in Germany" pretendía identificar la producción barata y los productos supuestamente pobres. Sin embargo, históricamente este plan no funcionó. En el curso de la industrialización, las condiciones técnicas de producción en Alemania siguieron mejorando.
De este modo, las mercancías procedentes de Alemania adquirieron cada vez más valor. El plan original de los británicos no funcionó en absoluto. Como resultado, el etiquetado "Made in Germany" se convirtió en una marca por derecho propio. "Made in Germany" es garantía de calidad especial. Hoy no sólo se reconoce en Inglaterra. Los productos fabricados en Alemania también son valorados en muchos otros países del mundo. Al comprarlos, puede estar seguro de que el producto que ha adquirido durará mucho tiempo. Especialmente cuando se trata de aparatos técnicos, los consumidores de todo el mundo confían en los productos fabricados en Alemania. Alemania es sencillamente un país donde se inventan cosas buenas.
Aquí se pueden encontrar grandes ideas, así como la realización técnica adecuada. En la fabricación de electrodomésticos se presta atención a la facilidad de uso. Un electrodoméstico alemán no sólo dura mucho, sino que suele ser fácil de usar. Las instrucciones complicadas, como las que distribuyen algunas cadenas de tiendas de muebles de otros países, no suelen ser necesarias aquí. Y los productos pueden seguir utilizándose con éxito mucho después de que haya expirado la garantía. Por cierto, actualmente ya no se exige un etiquetado directo en letras grandes.
No obstante, los fabricantes han conservado la etiqueta "Made in Germany". Ellos saben por qué. Hoy en día es casi una marca. Aunque la empresa sea desconocida, la etiqueta por sí sola se considera un signo de calidad. El hecho de que esto sea así no sólo dice algo de una sola empresa. Es evidente que la producción alemana en su conjunto goza de gran confianza internacional. El país y sus habitantes pueden estar orgullosos de ello.
Al fin y al cabo, no sólo los inventores son responsables de esa calidad. En las empresas, muchos empleados trabajan con gran esmero en cada producto individual. Las características personales de los empleados también contribuyen a la calidad de toda la producción. No hay que olvidar la minuciosidad y precisión con que se trabaja. Es una de las bases más importantes de la producción especial. Hay pocos países donde se aplique tanta precisión a los productos fabricados.
Por eso, muchos trabajadores alemanes se sienten especialmente orgullosos cuando tienen el producto final en sus manos. Con una producción de alta calidad, sin duda pueden estarlo. Si vive en Alemania, puede comprar estos productos de primera mano. En lugar de mercancías baratas, está comprando calidad de primera clase. Bienes como éstos valen su precio. Muchos buenos productos técnicos mejoran considerablemente la calidad de vida en Alemania. Facilitan la vida cotidiana en muchos aspectos y garantizan así la felicidad y la satisfacción.