Alemania sigue teniendo un sistema social bien desarrollado. La gente sigue cayendo aquí con mucha más suavidad que en otros países. Si pierdes tu empleo o quedas incapacitado para el trabajo, puedes contar con una cobertura adecuada. En Alemania no hay que morirse de hambre. Y a los parados no se les niega en absoluto la medicación vital. En otros países, la situación es muy distinta. Alemania es admirada en todo el mundo por el buen funcionamiento de su sistema social.
Garantiza que, en su mayor parte, la gente no tenga que preocuparse demasiado por su existencia. Esto también es rentable económicamente. Las personas paralizadas por el miedo son menos productivas. Los que están protegidos en caso de emergencia pueden concentrarse en su trabajo sin preocuparse demasiado. En Alemania también se apoya la reconversión profesional. Esto significa que, en caso de liquidación de una empresa, las personas pueden formarse en otros sectores y emprender nuevas trayectorias profesionales. Un amplio asesoramiento apoya esta reconversión y los caminos hacia nuevas orillas. El sistema de asistencia social ya ha ayudado a muchas personas a salir de situaciones difíciles y les ha dado nuevas perspectivas en la vida.
Esta seguridad básica es algo de lo que debemos estar orgullosos. Los alemanes pueden considerarse afortunados por tener esta seguridad. Pero la normativa legal, como el salario mínimo obligatorio, también garantiza que se cumplan ciertas normas. En muchos otros países no existe esta red de seguridad social ni el salario mínimo obligatorio, y las condiciones de vacaciones también son peores. Otro aspecto importante es el apoyo familiar específico. En Alemania, esto se apoya tanto con incentivos fiscales como con opciones de permiso parental. Esto ofrece a los padres la oportunidad de prestar un apoyo integral durante los importantes primeros años de vida de sus hijos, así como ayuda económica y la seguridad de poder conservar su propio puesto de trabajo. Muchas personas en otros países sólo pueden soñar con este tipo de acuerdos. Alemania los fomenta especialmente.
El país quiere que su propia población traiga niños al mundo y cuide bien de ellos. Con la normativa adecuada, estas necesidades se apoyan de forma óptima. El sistema social alemán ofrece sin duda un buen apoyo en este sentido. A veces, las mujeres también reciben ayudas específicas si quieren reincorporarse al trabajo tras el permiso parental. Hace tiempo que los empresarios se han dado cuenta de que no pueden prescindir de las cualificaciones especiales de los especialistas experimentados y de que ellos mismos también deben contribuir al sistema social del país. El cambio en los roles de género, combinado con importantes cambios en el permiso parental, también ha llevado a que cada vez más padres se acojan al permiso parental. Algunas parejas también comparten el permiso parental. Así se reparte la carga entre distintos hombros y cada pareja puede elegir la opción que mejor se adapte a sus necesidades.
Una vez acordados los servicios de apoyo en el sistema alemán, suelen estar respaldados por información muy específica y medidas de acompañamiento. El salario mínimo legal también goza hoy de gran aceptación, a pesar del encarnizado debate que suscitó su introducción. Incluso se han aprobado resoluciones individuales sobre su aumento gradual. Puede que el sistema social alemán sea engorroso, pero a pesar de todas las críticas, hace un buen trabajo y es una buena razón para vivir aquí.