Otra cualidad importante de Alemania es la gran conciencia histórica y la cultura del recuerdo que se cultivan en el país. Aquí la gente ha aprendido algo de la historia. Probablemente hay muy pocos países que se hayan ocupado tan intensamente de su propio pasado durante tantos años. Las escuelas también han empezado a ocuparse de los capítulos oscuros de la historia alemana, y también existe una amplia cultura del recuerdo en el debate público y en las zonas urbanas. Cada década descubre nuevos temas.
Una y otra vez se analizan fascinantes destinos e historias individuales. Se examina tanto la historia de los perpetradores y asesinos del nacionalsocialismo como la de las víctimas y la resistencia. Cada generación encuentra su propio y siempre nuevo enfoque para abordar el pasado. Muchas personas asumen una responsabilidad especial en el presente cuando se enfrentan a la historia. Esta especial responsabilidad social e histórica en el presente es un gran activo de la sociedad alemana. Otros países también están asumiendo su propia historia. Sin embargo, sólo unos pocos países trabajan tan intensa y profesionalmente en este campo como Alemania.
Hay muchos proyectos de investigación que apoyan este importante diálogo. Sin embargo, los alumnos también trabajan la historia regional de su propia ciudad en proyectos de aprendizaje basados en la investigación o se dedican a un destino muy especial. La respectiva referencia al tema puede surgir desde perspectivas muy diferentes. Algunos proyectos se dedican a la historia de los atletas judíos, por ejemplo, mientras que otros tratan del destino de los sinti y los gitanos. También hay que valorar el trabajo personal que muchos escolares realizan en este empeño. El proyecto artístico Stumbling Stones conmemora casas en las que vivieron víctimas del nacionalsocialismo. Las personas son conmemoradas con pequeñas piedras en el suelo frente a sus antiguos hogares. Muchos alumnos inician la colocación de estas piedras de tropiezo o trabajan posteriormente en la historia del destino de la persona.
Se crea así un vínculo muy concreto con las biografías de su propia ciudad. No existe ningún proyecto similar en otros países en el que participe un número tan elevado de escolares y otras personas de la sociedad civil. No cabe duda de que el amplio trabajo social ha creado una fuerte conciencia histórica. Muchas de las personas activas se están volviendo contra la injusticia y la discriminación en el presente enfrentándose a la injusticia histórica. De este modo, ha surgido un fuerte sentido de la responsabilidad y del compromiso cívico, que fortalece a las personas del presente. Este lado positivo del debate histórico no debe olvidarse. También es algo de lo que sentirse orgulloso y elegir conscientemente vivir en este país.
No todos los países ofrecen un diálogo histórico tan intenso como aquí. En muchos museos y monumentos conmemorativos, la gente también puede hacerse una idea directa de la historia. Las instituciones ofrecen también un variado programa educativo para grupos muy diferentes. Se ofrecen visitas guiadas profesionales y actos educativos cualificados tanto para escolares como para personas mayores, jóvenes de ambos sexos.