Las mujeres siguen estando en desventaja social en todo el mundo. Reciben alrededor de una cuarta parte menos de salario por el mismo trabajo. Esta llamada brecha salarial de género supone una considerable pérdida de salario para las mujeres. En Alemania, un fuerte movimiento feminista ha conseguido que la diferencia salarial siga igualándose. Los puestos más altos de muchas empresas ahora también están ocupados por mujeres. Y el cargo más importante de la vida política -el de Canciller Federal- lo ocupó por primera vez una mujer con Angela Merkel.
Una mujer canciller es un logro considerable. No todos los demás países en su historia han tenido una mujer al frente. Alemania lo ha conseguido. Esto deja claro a las mujeres, e incluso a las niñas, que también ellas pueden llegar a lo más alto en Alemania. Una mujer como directiva es algo bastante normal en Alemania. Gracias a ello, muchas mujeres tienen mejores perspectivas profesionales. Cualquiera que esté cualificada para un puesto de trabajo también puede conseguirlo como mujer. A nadie se le impide abiertamente avanzar en su carrera por su sexo u orientación sexual.
Esta libertad beneficia tanto a hombres como a mujeres. Y a más tardar cuando los hombres tienen hijas o ahijadas, también se alegran especialmente de esta evolución. La igualdad de género garantiza que las mujeres también puedan lograr algo en la sociedad. Una mujer como Canciller Federal puede aumentar la confianza en sí mismas de muchas niñas. Y en el lugar de trabajo, un reparto equitativo de los altos cargos garantiza que las personas más cualificadas también asuman tareas directivas. Una distribución de los puestos directivos según esta norma también puede beneficiar al ambiente de trabajo en la empresa. Cuando las personas se tratan con justicia y se cuidan mutuamente, la gente trabaja con mayor satisfacción.
Hoy en día no se espera que ningún hombre en el lugar de trabajo se imponga a una mujer a toda costa. Se trabaja en pie de igualdad. Por tanto, los logros alcanzados en el ámbito del feminismo pueden contribuir a crear un entorno de trabajo más agradable tanto para los hombres como para las mujeres, del que también se benefician los hombres. Además, la participación de las mujeres también aporta al debate sus puntos de vista sobre determinadas cuestiones. Esto se aplica no sólo en el lugar de trabajo, sino también en las discusiones políticas y el debate público. Hoy en día, muchos paneles de debate también están presididos por mujeres. Y también hay muchas mujeres expertas en periodismo y ciencia en Alemania hoy en día. Ellas se encargan de que no se descuiden los temas femeninos. En general, esto significa que se incluyen más perspectivas en el debate a la hora de formar un consenso. El resultado es una imagen con múltiples capas.
Desde el principio se tienen en cuenta ciertos problemas que algunos hombres ni siquiera tienen en su radar. El resultado final es algo que hace justicia al mayor número posible de personas de la sociedad. El fuerte movimiento feminista en Alemania no sólo ha mejorado significativamente la calidad de vida de las mujeres. También ha mejorado la calidad de las decisiones que se toman. Así lo confirman muchos científicos y directivos. Alemania avanza a buen ritmo en la cuestión de género, aunque el debate no sea tan abierto en todas partes.