La política siempre ha tenido el mismo objetivo: el poder. Aunque en nuestra democracia exista una separación de poderes y ningún individuo pueda gobernar sobre las cabezas de la población, la política sigue siendo un ejercicio de poder. Clásicamente, la gestión de las campañas electorales y la publicidad política tienen como objetivo "ganar poder". Esta idea está profundamente arraigada en la mente de los votantes y ha provocado, en primer lugar, una crisis de la democracia. Además, la falta de marketing político en Internet ha llevado a una situación en la que la opinión se forma en las redes sociales, pero los políticos y los partidos han reconocido esta tendencia demasiado tarde y hasta ahora no han sabido alinearse con ella.
Aunque la formación de opinión tiene lugar en gran medida en Internet, los partidos no emiten ninguna opinión, ya que existe una falta generalizada de marketing político en Internet y de publicidad política, y el marketing político tradicional no ha considerado durante demasiado tiempo la necesidad de gestionar las campañas electorales en Internet. Así, en la crisis de la democracia, existe una gran brecha en la comunicación entre usted como político, su partido y los ciudadanos o potenciales votantes. Como resultado, la gente siempre ha tenido la impresión de que los políticos gobiernan sin tener en cuenta los intereses de los ciudadanos y muestran poca o ninguna preocupación por ellos. Esto también se debe en gran medida al propio sistema político. Mientras que algunos países vecinos tienen un sistema político que permite a sus ciudadanos intervenir directamente en la política mediante elecciones directas y referendos, Alemania carece de tales opciones. Esto significa que la única forma de intervenir en política en Alemania es elegir a políticos y partidos dignos de confianza cuyos objetivos coincidan con los propios deseos. Para recuperar la confianza perdida en la crisis de la democracia, el marketing político moderno debe distanciarse del objetivo real de ejercer el poder.
La publicidad política y su gestión de campaña deben mostrar un interés genuino por los ciudadanos. El marketing político en Internet no es, desde luego, la solución a todos los problemas, y desde luego no resolverá la crisis de la democracia, pero un marketing político reorganizado con una gestión de campaña en Internet y una publicidad política adecuada es, sin duda, un paso en la dirección correcta. El marketing político en Internet crea al menos una proximidad mucho mayor con un gran número de ciudadanos. Además, usted como político y su partido pueden utilizar estrategias de marketing adecuadas para llegar sobre todo a los jóvenes, que por lo demás tienen poco o ningún entusiasmo por la política, aunque ven y reconocen los agravios en Alemania y en el mundo, pero cuya confianza en la política ha sido tan distorsionada "desde una edad temprana" que apenas sienten la necesidad de escuchar sus puntos de vista como político y los valores que usted representa.
Sin embargo, el marketing político moderno no consiste simplemente en un perfil pequeño y oculto en Facebook o Twitter, que sólo existe para sugerir proximidad a la gente. Más bien, es esencial que utilices activamente la oportunidad de proximidad y busques el diálogo con los votantes potenciales, ya que esto te proporcionará información real y verídica sobre tu programa electoral.